Ir al contenido principal

¿Qué es filosofía?


Habermas: filosofía y democracia


Aquel que ha enseñado por muchos años filosofía comienza más que a leer, a releer los textos que más le han interesado, no obstante la tendencia hacia las novedades filosóficas es algo, siempre criticable, pero que no se puede negar.
En estos días cayó en mis manos una serie de conferencias de Jürgen Habermas dictadas en la Paris IV-Sorbonne.
Es sabido que junto con Kart-Otto Apel son los últimos representantes de la Escuela neomarxista de Frankfurt y que sus tesis estuvieron dirigidas a superar el paradigma de la conciencia inaugurado por Descartes y continuado por Kant, para hacer depender la racionalidad no ya directamente del sujeto sino de la intersubjetividad para encaminar el pensamiento a un descentramiento del yo.
La denominada ética del discurso es la teoría filosófica que proponen.
¿Qué quiere decir esto? Que a través del debate, de la discusión – Diskurs en alemán no tiene el mismo significado que discurso en castellano- entre iguales y apoyados en una moderada racionalidad llegaremos a una universalidad plausible. “El discurso supone dos condiciones: 1) que todo participante individual sea libre, es decir que pueda decir sí o no. 2)  que actúe a través de un acuerdo razonado, buscando soluciones racionalmente aceptables. La primera condición expresa la libertad comunicativa y la segunda, consiste, principalmente, en una orientación hacia el consenso”.
Las pautas o normas morales no surgen como en Kant de una conciencia autónoma sino de la acción comunicativa que produce el debate comunitario.
La propuesta de Habermas es una propuesta Ilustrada pero aggiornada por sus referencias frecuentes a la socialdemocracia y a los derechos humanos. Él sostiene expresamente que el ideal moderno de la Ilustración es emancipador cuyo problema es que aún no se han cumplido todas sus promesas de libertad e igualdad. En una palabra, es un proyecto aún no acabado y al que hay que completar. Y esa ha sido, específicamente, su tarea.
Nosotros, por el contrario, creemos que vamos de mal en peor por doscientos años de pertinaz proyecto ilustrado de democracia liberal y progresismo socialdemócrata. Y la solución es superar el proyecto moderno, no con más modernidad como pretende Habermas, sino con un proyecto alternativo y no conformista al orden de cosas tal como están.[2]
Al proyecto moderno de consumo oponemos austeridad;  al de progresivo crecimiento, decrecimiento; al de universalismo mundial, el de pluriverso; al de desarrollo por acumulación de riquezas, al del desarrollo a partir de la pobreza,  al del consenso, siempre de los lobbies y los poderos, el disenso del rebelde, y así en todos los ámbitos de hacer, del obrar y del pensar.
Termina el trabajo afirmando: “La filosofía y la democracia no solo comparten los mismos orígenes históricos, sino que, en cierto sentido, dependen una de otra” Y así cae Habermas en aquello que critica: en una arbitrariedad irracional e irreflexiva, pues nadie en su sano juicio puede hacer depender la filosofía de la democracia, que es una de las tantas formas de gobierno. Además, los filósofos griegos no fueron para nada demócratas. No lo fue Sócrates, ni Platón ni Aristóteles, ni Heráclito, ni Epicuro, ni ninguno de los más significativos.
Una vez más vemos como un renombrado y publicitado filósofo- hay que desconfiar de los filósofos que aparecen asiduamente en los medios- se equivoca cuando desciende a la realidad concreta.

Comentarios

Entradas populares de este blog

¿Valen todas las opiniones lo mismo?

Hay quienes tienden a sobreentender que lo políticamente correcto es valorar todas las opiniones y observaciones por igual. Sin embargo es fácilmente demostrable que esto no es así. Es correcto y respetable que todo el que lo desee pueda opinar libremente, pero esto no quiere decir que su opinión sea relevante. Las opiniones valoradas siempre están fundamentadas en argumentos válidos,veridicos y contrastados. En una distopía en la que la opinión de un condenado por violencia de género y machismo respecto a la legislación de violencia de género y doméstica fuese relevante y considerada, el papel de la mujer en esa sociedad sería, probablemente, infrahumano.

El conocimiento y sus grados

¿Qué es conocer? El "conocer" es una actividad que tiene como objetivo aprehender un objeto o un estado de cosas de tal forma que lo podamos expresar y compartir con los demás. En esta actividad podemos distinguir dos polos: -El sujeto, protagonista de la acción de conocer. -El objeto, aquello que resulta aprehendido o conocido. La actividad de conocer está ligada a la búsqueda de la verdad. Los grados del conocimiento Los grados del conocimiento se distinguen en: -Opinión:  estado de conocimiento en el que el sujeto considera algo como verdadero sin tener seguridad de que lo sea. -Creencia: consiste en que alguien está convencido de que lo que piensa es verdad, pero no puede aducir una justificación aceptable para todos. En este caso de conocimiento, la seguridad es solo subjetiva. -Saber:   es una opinión fundamentada, tanto subjetiva como objetivamente.

Corrección, consistencia y completitud

La corrección supone la aprobación de una ley válida. Si los teoremas demostrables en el cálculo permitieran probar  una ley inválida,ese cálculo sería incorrecto. La consistencia implica la imposibilidad de contradicción, pues es imposible que doa leyes válidas sean una la negación de la otra. La completitud se refiere a que toda ley válida sea demostrable en el cálculo formal. Si alguna no lo fuera, el cálculo sería incompleto